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Estrategias naturales para la salud de la tiroides

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La tiroides es una de las glándulas más incomprendidas del cuerpo humano. Esta pequeña glándula en forma de mariposa está situada en la parte frontal inferior del cuello, y produce hormonas que se comunican con todas las células del cuerpo humano. La hormona tiroidea también afecta la velocidad del metabolismo, lo que puede tener un efecto considerable en el peso corporal. Hay diversas afecciones de salud que pueden producirse como resultado de una tiroides anormal, pero el ejercicio regular, junto con una ingesta adecuada de vitamina A y zinc, ayuda a garantizar que las células del cuerpo respondan a estas hormonas.

¿Qué problemas puede tener la tiroides?

Algunos cálculos dicen que las anormalidades de la tiroides afectan a millones de estadounidenses y a cientos de millones de personas en todo el mundo. Dos problemas frecuentes relacionados con las hormonas son el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. Si la tiroides produce demasiadas hormonas, se dice que la persona tiene una tiroides hiperactiva, o hipertiroidismo (responsable de menos del 10 por ciento de las anormalidades de la hormona tiroidea).Si la tiroides no produce suficientes hormonas, se dice que la persona tiene una tiroides hipoactiva, una afección denominada hipotiroidismo. Este artículo se concentrará principalmente en el tratamiento de las personas con hipotiroidismo, que afecta a hasta un 10 por ciento de la población mundial.

Términos que debes conocer

TSH (hormona estimulante de la tiroides): Se produce en la glándula pituitaria, que está ubicada en el cerebro. Esta hormona estimula la glándula tiroides, que está en el cuello, para que produzca hormona tiroidea.

Hormona T4: La hormona principal que produce la glándula tiroides saludable. La T4 también se produce como un fármaco denominado levotiroxina. La hormona T4 debe convertirse en la hormona T3 activa. Esta conversión se lleva a cabo en la tiroides, el hígado, los intestinos, el cerebro y los músculos.

Hormona T3: Se genera a partir de la hormona T4 y requiere los minerales zinc y selenio. La T3 es la hormona tiroidea activa, que emite señales para las células y controla el metabolismo del cuerpo.

T3 inversa: La T3 inversa se genera a partir de la hormona T4; es lo "opuesto" a la hormona T3, pero en general "inactiva". Durante períodos de estrés, trauma, enfermedades renales e infección, el cuerpo produce más de esta hormona T3 inversa inactiva en lugar de la hormona T3 activa.

Causas del hipotiroidismo

A nivel mundial, la causa principal de una tiroides hipoactiva (hipotiroidismo) es la deficiencia de yodo. Se calcula que, a nivel mundial, una de cada tres personas tienen una ingesta insuficiente de yodo. Muchas desarrollan gota (agrandamiento de la tiroides) o nódulos en la tiroides como resultado. Según un estudio de Endocrine Reviews, la deficiencia de yodo es frecuente en África y el sudeste de Asia, mientras que el 50 por ciento de los europeos también presentan una leve deficiencia.

Un estudio de mujeres noruegas embarazadas de 2018 demostró que hasta un 55 por ciento de las mujeres tenían una ingesta de yodo subóptima en su dieta. Según la Fundación Australiana de la Tiroides: "Se ha demostrado que más del 50 % de los niños y las mujeres en período de embarazo o lactancia que viven en Australia padecen deficiencia de yodo".

Asimismo, un estudio de 2011 sobre la tiroides demostró que casi el 10 por ciento de las personas de los Estados Unidos padecían una deficiencia de yodo de moderada a severa. En base a los datos, es mi opinión que otro 5 a 10 por ciento padece una deficiencia leve. Por lo tanto, hasta una de cada cinco personas de los Estados Unidos padece una deficiencia.

Las personas que viven en Japón tienden a tener una ingesta más alta de yodo que la mayoría de los demás países debido al consumo frecuente de wakame (undaria), nori (porphyra) y kombu (laminaria), tipos de alga. Esto proporciona protección.

La segunda causa principal de una tiroides hipoactiva se debe a un ataque autoinmune a la glándula tiroides. En esta situación, determinados anticuerpos (denominados anti TOP y anti tiroglobulina) atacan la glándula tiroides, lo que hace que la tiroides no pueda producir una cantidad suficiente de hormona tiroidea T4. La afección autoinmune más frecuente se denomina tiroiditis de Hashimoto, llamada así en 1912 en honor al doctor japonés Hakaru Hashimoto.

De acuerdo con el Dr. Dan Lukaczer del Instituto de Medicina Funcional, otros factores que pueden interferir con la producción adecuada de la tiroides, incluyen el estrés, el trauma, la infección, la exposición a pesticidas, el flúor y la enfermedad celíaca.

La mayoría de los médicos diagnostican tiroides hipoactiva cuando los resultados del análisis de laboratorio de la TSH (0,4-4,0 mIU/L) son elevados. Esto indica que el cerebro está produciendo hormonas TSH adicionales, intentando estimular la glándula tiroides para que produzca la hormona T4. Muchos médicos integrativos sugieren que el rango óptimo de TSH en la sangre es de 0,4 a 2,0 mIU/L.

Señales y síntomas de una afección hipoactiva (hipotiroidismo)

  • Aparición fácil de hematomas
  • Estreñimiento
  • Síntomas de depresión
  • Piel seca
  • Colesterol elevado
  • Debilitamiento de las cejas (tercio exterior)
  • Fatiga
  • Uñas quebradizas que se rompen más fácilmente que antes
  • Gota
  • Caída y debilitamiento del cabello
  • Baja libido
  • Problemas de memoria e impedimentos cognitivos
  • Irregularidades menstruales
  • Hinchazón alrededor de los ojos
  • Reflejos lentos
  • Nódulos en la tiroides
  • Aumento de peso

Factores de riesgo para la disfunción de la tiroides

  • Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de padecer disfunción de la tiroides
  • Deficiencia de yodo 
  • Afecciones autoinmunes (tiroiditis de Hashimoto)
  • Síndrome de intestino irritable
  • Sensibilidad al gluten no celíaca
  • Síndrome de intestino con fuga 

Cómo prevenir la disfunción de la tiroides

Lo primero es asegurar una adecuada ingesta de yodo en la dieta. De acuerdo con el Centro para el Control de Enfermedades: "La ingesta media de yodo proveniente de los alimentos en los Estados Unidos es de aproximadamente 240 a 300 microgramos (µg) por día para los hombres y 190 a 210 µg por día para las mujeres". En 2001, el Instituto de Medicina aconsejó "una ingesta de yodo de 150 µg por día para adultos, 220 µg por día para mujeres embarazadas y 290 µg por día durante la lactancia". Los niveles bajos de yodo también se han asociado con dificultades del aprendizaje en los niños.

Estos son algunos alimentos que contienen yodo (por porción):

  • Frijoles blancos (32 mcg)
  • Bacalao (99 mcg de yodo por 3 g de pescado)
  • Huevos (24 mcg de yodo por huevo)
  • Sal yodada (71 mcg)
  • Langosta (100 mcg)
  • Leche (56 mcg)
  • Piñas (45 mcg)
  • Papas (60 mcg)
  • Ciruelas pasas (13 mcg de yodo por 5 ciruelas pasas)
  • Algas (16 a 2900 mcg)
  • Langostinos (35 mcg de yodo por 3 oz)
  • Frutillas (13 mcg)
  • Pechuga de pavo (34 mcg)
  • Yogur (75 mcg de yodo)

Optimizar la salud de los intestinos también es fundamental para la salud de la tiroides. Las personas con síndrome de intestino irritable deben concentrarse en reparar el intestino con fuga, lo que ayuda a garantizar una absorción adecuada de vitaminas y minerales. Hay estudios que demuestran que las personas con sensibilidad al gluten corren más riesgo de padecer enfermedades de la tiroides. Además, un sistema digestivo saludable y un microbioma equilibrado son importantes para garantizar una respuesta adecuada del sistema inmunitario, lo que ayudará a prevenir las enfermedades de la tiroides con origen autoinmune. Pocas personas saben que el 80 por ciento de nuestro sistema inmunitario se encuentra en nuestros intestinos.

Terapia convencional

La medicina moderna ha progresado mucho durante el siglo pasado. No obstante, la identificación de la gota (un término utilizado para describir el agrandamiento de la tiroides) data de hace miles de años.

En el año 40 antes de Cristo, Plinio, Vitruvio y Juvenal, las mentes más brillantes de Roma, describieron un tratamiento para la gota con algas quemadas, que ahora sabemos que contienen grandes cantidades de yodo. En el año 1500 después de Cristo, Leonardo Da Vinci fue la primera persona que dibujó esta glándula en forma de mariposa, además de dibujar el resto del cuerpo humano en gran detalle.

En 1656, Thomas Warton fue la primera persona en denominar a la glándula "tiroides", término que proviene de la palabra griega thureoeidēs, o escudo. Casi 200 años después, en 1820, el francés Jean Francois Coindet trató un caso de gota con el yodo, descubierto recientemente.

A fines de la década de 1890, se utilizaron por primera vez las fórmulas de tiroides desecadas, que contenían hormonas T4 y T3, para tratar las glándulas tiroides hipoactivas, o el hipotiroidismo. Según estudios, cuatro de cada cinco recetas de medicamentos para la tiroides en la década de 1960 fueron para productos combinados naturales (T4/T3), mientras que en 1988, una de cada cuatro fueron para este medicamento natural. Desde ese momento, la tendencia de la mayoría de los médicos ha sido recetar levotiroxina sintética, una fórmula que contiene solo T4. La marca Synthroid (levotiroxina) entró al mercado en 1955.

En la actualidad, la medicina convencional hace muy poco para tratar a una persona con tiroiditis de Hashimoto. La mayoría de los médicos aprenden que simplemente deben dejar que la tiroides "se agote". Una vez que sucede esto, se recetan los medicamentos para la tiroides mencionados anteriormente cuando los análisis de laboratorio muestran un nivel de TSH con una elevación anormal. Muchos médicos integrativos aconsejan tratar el intestino con fuga, que es la causa subyacente, a fin de controlar la tiroiditis de Hashimoto.

Medicamentos para la tiroides

Hormona levotiroxina (T4) (Synthroid): se toma una vez al día.

Hormona liotironina (T3) (Cytomel): se toma una vez al día.

Hormona T4/T3 combinada: se toma una o dos veces al día.

Nutrición y suplementos para la salud de la tiroides

Un estudio de 2017 demostró que las personas con una mayor ingesta de frutas, verduras y semillas tenían menores probabilidades de desarrollar una enfermedad de la tiroides con causas autoinmunes. Este tipo de dieta también ayuda a optimizar el microbioma intestinal y mantener un equilibrio.

Los siguientes nutrientes son importantes y ayudan a la producción de hormona tiroidea. Pueden estar presentes en una dieta equilibrada o pueden consumirse tomando un suplemento multivitamínico de calidad o el suplemento individual cuando corresponda. También hay diversas fórmulas de suplementos para la tiroides disponibles que contienen muchos de los siguientes compuestos en una sola cápsula.

Selenio

Un cofactor involucrado en dos enzimas que ayudan a producir la hormona tiroidea. De acuerdo con un estudio de 2014 publicado en International Journal of Endocrinology, el selenio podría disminuir los anticuerpos contra la peroxidasa tiroidea (POT) en el transcurso de un ataque autoinmune. El selenio también es necesario para ayudar a convertir T4 en T3, la hormona activa. Dosis sugerida: 200 mcg por día.

Yodo

A nivel mundial, una deficiencia es la principal causa de gota, nódulos en la tiroides e hipotiroidismo. Se aconseja una dieta rica en yodo (ver la lista de alimentos mencionado anteriormente)El método preferido de detectar la deficiencia de yodo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es tomar una muestra de orina aleatoria (es mejor por la mañana).

Un resultado de menos de 100 mcg/L de yodo se considera deficiente, según los estándares de la OMS. Dosis sugerida: toma un suplemento multivitamínico y de minerales que contenga al menos 150 mcg de yodo. Otras personas toman suplementos de yodo o kelp para ayudar a mantener un nivel de yodo saludable. No debe tomarse más de 500 mcg de yodo por día. Demasiado yodo puede tener un efecto negativo en la salud de la tiroides.

Hierro

La deficiencia de hierro es frecuente entre las mujeres que menstrúan. Según un estudio sobre la tiroides de 2017, la deficiencia de hierro afecta el metabolismo de la tiroides. Los autores recomendaron a los médicos clínicos analizar los niveles de hierro para solucionar cualquier deficiencia. El objetivo debería ser un nivel de ferritina de 50 a 75 ng/ml. Dosis sugerida: según lo indique su médico o las instrucciones de la etiqueta.

Vitamina D

El ochenta por ciento de las personas de todo el mundo padecen una deficiencia de vitamina D. Los estudios han demostrado que las personas con niveles bajos corren más riesgos de padecer diversos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes, incluida la enfermedad autoinmune de la tiroides. Un estudio de adultos obesos en 2018 demostró que las personas con niveles inferiores de vitamina D corrían mayor riesgo de desarrollar tiroiditis de Hashimoto. Dosis sugerida: 1000 IU a 5000 IU por día.

Zinc

De acuerdo con la publicación Journal of Nutrition, casi el 45 por ciento de los estadounidenses tienen una ingesta inadecuada de zinc en su dieta. A nivel mundial, más del 15 por ciento de las personas tienen deficiencia de zinc. El problema es muy común en África subsahariana y el sudeste asiático.

A medida que envejecemos, la absorción de minerales importantes como el zinc puede volverse deficiente. Asimismo, una ingesta dietética insuficiente de alimentos que contienen zinc o el consumo rutinario de alcohol también pueden tener como resultado niveles de zinc crónicamente bajos. La deficiencia de zinc está asociada con los trastornos de la tiroides, la piel y el tejido sanguíneo, y un riesgo mayor de infección. El zinc también tiene un papel importante en la salud del cerebro, donde sus niveles son 10 veces mayores que en la sangre.

El zinc es necesario para las enzimas en el cerebro y en todo el cuerpo. Participa de más de 300 reacciones bioquímicas y es un componente importante de más de 2000 proteínas.

Dosis sugerida: 15 a 50 mg por día. El zinc está presente en la mayoría de los suplementos multivitamínicos de calidad.

Además de los nutrientes esenciales ya mencionados, los siguientes también son necesarios en la dieta para la salud de la tiroides.

Las vitaminas B también pueden consumirse en un suplemento del complejo B.

Resumen:

Una dieta equilibrada es fundamental para la salud de la tiroides. Concentrarse en el microbioma intestinal es más importante de lo que la mayoría de la gente piensa. Es importante evitar los alimentos que causan problemas digestivos. También debe considerarse un probiótico de calidad a fin de optimizar la salud de la tiroides. Concentrarnos en la nutrición y en asegurarnos de estar recibiendo todas las vitaminas y minerales requeridos a través de la dieta y la suplementación puede ayudar a optimizar la salud de la tiroides. Consulta con tu médico antes de hacer cualquier cambio en tus tratamientos actuales para la tiroides.

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